Desde la iglesia de Fátima se despide don Guillermo Cruces Mendoza, un trabajador incansable de nuestro patrimonio cultural, especialmente de la Maestranza Central de San Bernardo donde él trabajó.
A la edad de 83 años, el martes 1 de noviembre a las 6 de la madrugada, don Guillermo dijo adiós a la vida, pero con ello un legado que debe perdurar, por su constancia, preocupación permanente por los Derechos Humanos y una historia que hasta hoy merece ser rescatada y puesta en valor.
Heredero de un invaluable museo y de muchos objetos originales de la Maestranza, supo testificar esa herencia que le ha sido negada a su querido San Bernardo y es contar con un museo ferroviario que dignifique la vida obrera de una de las maestranzas más grandes de Sudamérica y que hoy, a pesar de ser monumento histórico, yace en el más completo olvido y abandono, esperando su reconversión, pero no como infraestructura cultural, tan necesaria para nuestra comuna.
Don Guillermo rescató las historias de sus compañeros de trabajo, llevándolas a un nivel valórico y cultural no sólo a nivel local, también puso de relieve el imaginario de “Los Tiznados” en la memoria colectiva, organizando exposiciones fotográficas, dando testimonios de forma desinteresada e incluso pidiendo respuestas al acta de acuerdo firmada el 25 de septiembre de 1996 por autoridades de la época; representantes de gobierno, empresarios, gobernadora y alcalde, que se comprometieron a impulsar un plan de desarrollo acorde a la política de modernización de la estatal que prometió un “sistema de servicios de ferrocarriles de pasajeros eficiente, oportuno y competitivo” y la “habilitación y operación del Museo Ferroviario de la comuna de San Bernardo al interior del proyecto Barrio Oriente, Maestranza de San Bernardo”.
Este último punto hasta hoy no ha querido ser reconocido por el Estado.
En su oportunidad como presidente del “Comité de Defensa Patrimonio Histórico Cultural Maestranza Central Ferrocarriles de San Bernardo”, impulsó la declaratoria y protección como Monumento Nacional de los tres últimos edificios de la ex Maestranza de San Bernardo (correspondientes a los talleres de calderería, herrería y maestranza central), una placa de bronce recordatoria, la tornamesa y la portería original, hecho que vio la luz el 19 de enero de 2010 mediante el decreto N° 46.
Su lucha encomiable lo llevó a manifestarse en distintas esferas políticas, haciendo un llamado de atención respecto a nuestro patrimonio ferroviario, como una carta enviada a la entonces Presidenta Michelle Bachelet, en diciembre de 2014:
“Nos parece contradictorio y lamentable que después de haberse declarado los ex-talleres Monumento Nacional se pueda autorizar que se convierta en un ente comercial.
Sin otro particular que reiterar nuestra petición de que el Gobierno ante los hechos ocurridos escuche la voz de las Organizaciones Sociales que solicitan se expropie el terreno en donde se encuentran los tres ex-talleres de la ex-Maestranza Central de Ferrocarriles de San Bernardo y que no permita que el poder económico se burle una vez más de la Comunidad Organizada”– expuso.
Este ánimo fue traspasado en cada administración gubernamental, sin embargo no siempre tuvo eco.
Esto nos lleva a su extensa trayectoria pro derechos para sus ex compañeros de trabajo, como la ley N° 17.273 de 1970 que lo enfrentó al Presidente Eduardo Frei Montalva a través de un áspero diálogo:
“Eduardo Frei: Con esta ley los ferroviarios van a pasar enfermos
Guillermo Cruces: No señor Presidente, con esta ley los ferroviarios tienen derecho a enfermarse
Eduardo Frei: Pero hombre, no se enoje, si es sólo una broma
Guillermo Cruces: Bien señor Presidente, si es una broma, dejémosla así”
Lo importante es que esta ley fue aprobada por el parlamento tras una prolongada huelga del gremio ferroviario.
En 1979 declaró en el diario “El Cronista” su preocupación por el continuo desmembramiento y liquidación de las locomotoras a vapor en los patios de los talleres; verdaderas joyas rematadas al mejor postor:
“Una fue co-estrella en la película ‘Ayúdeme Usted Compadre’, otra fue regalada al Gobierno chileno por los argentinos con motivo del centenario, y las hay también de rancio linaje, provenientes de la famosa acería Krupp, de Alemania. Hoy, cubiertas de moho y olvido, permanecen inmóviles en la Maestranza Central de San Bernardo; Ferrocarriles del Estado las venderá en subasta pública, a pesar de que los turistas se vuelven locos admirándolas.
‘Se bajan especialmente del avión para venir a verlas. Esto es una locura en Europa. Hay un libro editado en Estados Unidos e Inglaterra con las locomotoras clasificadas, los gringos se las saben de memoria y nos felicitan por nuestra visión turística. Es el único lugar del mundo que aún las conserva”– contó al periódico Guillermo Cruces, como encargado de las locomotoras fuera de servicio e inspector de la oficina de combustibles.
La historia familiar de don Guillermo está ligada al ferrocarril y las maestranzas de Concepción y Temuco, donde provino su padre, don Artemio Cruces, de profesión tornero que ingresó a la Maestranza Central de San Bernardo el 7 de junio de 1920.
De esta manera no fue difícil para él seguir la tradición familiar, siendo alumno de la Escuela de Aprendices, egresando en 1964, elegido Presidente del Consejo Obrero en 1969. Trabajó en la Maestranza hasta su cierre en 1995.
Hasta siempre don Guillermo, buen viaje en el último carro de un tren que continuará con su legado, uno que merece ser contado a esta y las futuras generaciones de su querido pero ingrato San Bernardo.
Don Guillermo Cruces, al centro, junto a dirigentes ferroviarios y el Presidente Eduardo Frei Montalva, durante la firma de la ley 17.273 de 1970.
De izquierda a derecha: Sergio Sottolichio Poblete, Guillermo Cruces Mendoza, Sergio Gatica Caffi y Ernesto Vogel Rodríguez.
Imágenes de: Comité de Defensa del Patrimonio Histórico Cultural Maestranza Central Ferrocarriles del Estado de Chile
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