La ley 21.202, tiene por objeto proteger los humedales urbanos y regular de manera específica estos ecosistemas ubicados dentro del límite urbano, en virtud de su importancia para el control de las inundaciones, mitigación del cambio climático, entre otros beneficios.
Además, los humedales contribuyen al bienestar humano porque atrae a una enorme diversidad biológica; flora, fauna, aves migratorias que encuentran allí su refugio con una alta tasa de especies endémicas que no crecen en ninguna otra parte.
Amortiguan las inundaciones al actuar como verdaderas “esponjas” que absorben el agua de lluvia, ralentizando los caudales.
Funcionan como sumideros de carbono al retener gases peligrosos, causantes del efecto invernadero.
Los humedales almacenan el agua, disponibles para nuestro consumo, retienen la vida silvestre y actúan como filtros naturales que eliminan sustancias tóxicas.
Es necesario agregar que los humedales poseen riqueza histórica, patrimonial y un valor cultural que es necesario cuidar y poner en valor, especialmente en tiempos de crisis hídrica.
La permanencia de estos lugares depende del exclusivo cuidado humano y de un alto compromiso medioambiental a nivel local, regional y nacional.
Consecuentemente, existen factores de riesgo que amenazan la integridad de los humedales, como por ejemplo, la usurpación de agua, la descarga de aguas servidas y la agricultura, son sólo algunos ejemplos.
En este punto, la educación ambiental es clave para entender su fragilidad y por qué es necesario protegerlos.
El Estado reconoce que el escenario es crítico; “Teniendo clara la situación de emergencia en la que se encuentra la biodiversidad del planeta y del país, se debe hacer énfasis en uno de los ecosistemas más importantes para la conservación de la biodiversidad. Estos son, precisamente, los humedales.
Hoy en día no solo nos estamos jugando la continuidad de la especie humana sobre el planeta, sino que también estamos a un paso de perder gran parte de la biodiversidad presente en él. Por lo mismo, se hace menester tomar todas las acciones que sean necesarias para proteger a los humedales que, tal como se dijo anteriormente, generan una infinidad de efectos positivos y son fundamentales para la biodiversidad”.
Al 10 de abril del presente año, se han declarado por oficio o solicitud municipal, 100 humedales urbanos, a nivel nacional y otros en la región metropolitana, en las comunas de Lo Barnechea, San José de Maipo, Peñaflor, Padre Hurtado, El Monte, Talagante, Curacaví e Isla de Maipo.
En San Bernardo, sin embargo, existe un humedal que no ha sido declarado y no figura en este catastro; casi al final del camino La Vara, al interior del fundo Rinconada de Chena, que presenta una rica variedad de especies vegetales, animales, y aves migratorias.
Lamentablemente está amenazado por la actividad humana agrícola del sector, la deforestación, el avance del radio urbano y la presencia de barrios industriales.
Esta problemática es conocida en la localidad, particularmente en la comunidad educativa de la escuela rural Teresa García Huidobro, que colinda con éste.
El recinto educacional es uno de los más antiguos y tradicionales de nuestra comuna; funciona desde 1888. Muchas generaciones han pasado por sus aulas, varios ex trabajadores del fundo que aprendieron sus primeras letras y que hoy ven con orgullo cómo se ha mantenido con el tiempo.
Hasta hace unos días la ribera tenía toneladas de basura y escombros de todo tipo; desde botellas de vidrio, plásticos, ropa, electrodomésticos, muebles, piezas automotrices, en fin, todo lo que se pueda imaginar, incluso desechos enterrados y semi enterrados por décadas.
Por eso, pusieron manos a la obra y gracias al trabajo colaborativo, encabezado por la Dirección de la escuela, y el apoyo de docentes, estudiantes, municipio; a través del departamento de medio ambiente y reciclaje, y de dos empresas que colaboraron en la recolección de estos materiales; Coca Cola y “Recupera” (gestión de residuos); se logró una alianza virtuosa que espera continuar y proyectarse con el tiempo.
Alumnas y alumnos de la escuela tuvieron la oportunidad de participar en una jornada de educación ambiental, junto a profesionales y especialistas, seleccionando los recursos para el reciclaje; con debida supervisión y protección sanitaria.
Como resultado, toda el área fue despejada, quedando así, libre de contaminación y basura que pueda dañar sus aguas.
Queda pendiente la tarea eso sí, de proteger el humedal que presentaba una disminución alarmante en sus niveles hídricos.
Es hora de actuar, y la comunidad educativa de la Escuela Teresa García Huidobro lo sabe. A corto y mediano plazo se planteó el objetivo de crear la primera “ruta del humedal”, que integrará un espacio educativo de primer nivel.