Al comienzo, la pluma del vate sólo registró loas para quien consideraba un “justiciero”…
“Desde la arena hasta las alturas / desde el salitre a la espesura /
el pueblo lo llama Gabriel / con sencillez y dulzura.
“Como a hermano, hermano fiel / y entre todas las cosas puras / no hay como este laurel: el pueblo lo llama Gabriel” Pablo Neruda (Estadio Nacional 1946)
Más tarde, en “Confieso que he Vivido”, escribió con profunda tristeza su “pago de Chile”, una especie de persecución, desacreditación y finalmente destierro:
“Pero los presidentes en nuestra América criolla sufren muchas veces una metamorfosis extraordinaria. En el caso que relato, rápidamente cambió de amigos el nuevo mandatario, entroncó su familia con la «aristocracia» y poco a poco se convirtió de demagogo en magnate.
González Videla fue, por el contrario, un producto de la cocinería política, un frívolo impenitente, un débil que aparentaba fortaleza.
En la fauna de nuestra América, los grandes dictadores han sido saurios gigantescos, sobrevivientes de un feudalismo colosal en tierras prehistóricas. El judas chileno fue sólo un aprendiz de tirano y en la escala de los saurios no pasaría de ser un venenoso lagarto. Sin embargo, hizo lo suficiente para descalabrar a Chile. Por lo menos retrocedió al país en su historia. Los chilenos se miraban con vergüenza sin entender exactamente cómo había ido pasando todo aquello.
El hombre fue un equilibrista, un acróbata de asamblea. Logró situarse en un espectacular izquierdismo. En esta «comedia de mentiras» fue un redomado campeón. Esto nadie lo discute. En un país en que, por lo general, los políticos son o parecen ser demasiado serios, la gente agradeció la llegada de la frivolidad, pero cuando este bailarín de conga se salió de madre ya era demasiado tarde: los presidios estaban llenos de perseguidos políticos y hasta se abrieron campos de concentración como el de Pisagua. El estado policial se instaló, entonces, como una novedad nacional” – confesó el Premio Nobel
Sí, se refirió al mismo hombre que durante un discurso pronunciado en la Plaza de la Constitución el 20 de agosto de 1946 exclamó a los cuatro vientos: “…les aseguro a ustedes que no habrá poder humano ni divino capaz de romper los lazos que me unen con el Partido Comunista y con el pueblo”
“Neftalí Reyes Basoalto se va callando”, caricatura publicada en revista Topaze, enero de 1947
“El Vate prófugo”, alias “Neftalina Reyes”, revista Topaze, mayo de 1949
El 27 de noviembre de 1947, Neruda publicó en “El Nacional de Caracas”, el texto “Carta íntima para millones de Hombres” (La crisis democrática de Chile es una advertencia dramática para nuestro continente), reprochando a Gabriel González Videla su política represiva, demagógica, antipopular y “Yanqui”. El primer mandatario, enfurecido, se querelló por el delito de injurias, calumnias e intento de quebrantar la seguridad del Estado.
“Quiero contar a todos ustedes, amigos conocidos y desconocidos, en esta carta íntima para millones de hombres, que el caso del actual Presidente de Chile lo conozco íntima y esencialmente. Nuestras relaciones personales datan de largo tiempo y, a petición suya, fui además del Jefe Nacional de Propaganda en su campaña presidencial.
Un contacto semejante me permitió conocer lo poco que hay que conocer de tales hombres, pues, entre su más profunda intimidad y su exterior, no median sino vanos espacios ocupados por mezquinas aspiraciones. El ideal entero de la vida del señor González Videla puede resumirse en esta frase: “Quiero ser Presidente”. En otros sitios de la tierra americana, los políticos superficiales y frívolos de este tipo, para llegar al poder, se enrolan en cualquier aventura o golpe de estado, lo que no es posible en Chile. La sedimentación democrática de nuestra Nación hizo que el señor González Videla, para lograr su objetivo, vistiese el ropaje de la demagogia, utilizando el profundo y organizado movimiento popular. Tal fue el camino elegido por él para llegar al poder” – declaró el poeta
Descargó duras acusaciones, bajo el rótulo de “plan subversivo de González Videla” para organizar un golpe de estado, sustituyendo el poder democrático por uno de corte militar:
“Poco antes de que se precipitaran los últimos acontecimientos, que han cubierto de vergüenza el honor de mi país, el señor González Videla llamó a la Moneda a la Dirección Central del Partido Comunista para proponerles un plan subversivo que fue explicado con toda clase de detalles por el Presidente de la República y tendía a la creación de un gobierno militar, sin participación de partido alguno. El señor González Videla, con el auxilio de las Fuerzas Armadas, clausuraría el Parlamento. Luego satisfaría, nos dijo, una vieja aspiración de los comunistas chilenos, propiciando una Asamblea Constituyente. Más tarde podrían los comunistas tomar parte en el Gobierno de la República. Mientras tanto solicitaba el Presidente, a través de mi Partido, el apoyo popular para su golpe de estado. Si este apoyo le fuese negado, su plan marcharía a pesar de todo, aún en contra de la voluntad popular.
En esa entrevista, el Partido Comunista de Chile rechazó de plano estas proposiciones sediciosas y le manifestó el peligro que ellas entrañaban para el estado jurídico de nuestra República. Manifestaron además, los comunistas que una tentativa de esa clase nos hallaría en la oposición, encabezando una corriente democrática nacional en contra de la imposición armada.
El Presidente terminó la entrevista diciendo que, de ser así, los comunistas pagarían las consecuencias” – acusó Pablo Neruda
Repertorio Americano, San José de Costa Rica, 27 de diciembre de 1947
Antes de su desafuero pronunció el discurso conocido como “Yo Acuso” en el Senado (6 de enero de 1948), acusando a González Videla de ejercer violencia contra organizaciones sindicales:
“Yo acuso al señor González Videla de haber encabezado las organizaciones antiperonistas en Chile, durante su candidatura y luego como Presidente haber consultado en largas conversaciones con el señor Perón, anunciadas por la Secretaría General de Gobierno, medidas represivas contra las organizaciones populares de Chile y Argentina.
Yo acuso al Presidente de la República de la desorganización y descenso de la producción, como fruto de la evacuación en masa de miles de trabajadores experimentados en las faenas más duras de nuestras industrias.
Yo acuso al señor González Videla de empeñarse en una guerra inútil y estéril contra el pueblo y el pensamiento popular de Chile y de querer dividir artificialmente a los chilenos” – aseguró su queja
El 3 de febrero la Corte Suprema aprobó su desafuero como Senador de la República y dos días después los Tribunales ordenaron su detención por lo que debió permanecer oculto en distintos domicilios del territorio y escribiendo una de sus obras emblemáticas; “Canto General”, difundido pródigamente tras su clandestinidad y posterior exilio.
“Desde comienzos de año, el gobierno de González Videla desata una abierta y desproporcionada campaña persecutoria contra los sindicatos obreros, las organizaciones sociales y el Partido Comunista, el que debe funcionar en la clandestinidad” – escribió Mario Ferrero
En “Neruda Clandestino”, escrito por José Miguel Varas, fueron develados los supuestos lugares donde vivió el poeta, entre febrero de 1948 y febrero de 1949. La lista de amigos, conocidos y adherentes a la causa lo situaron entre Santiago, Pirque, Valparaíso y San Bernardo, incluyendo el imaginario “Fundo Godomar de Chena”, que en estricto rigor no existe, pero que cierra épicamente el “Canto General”.
“Así termina este libro, aquí dejo mi Canto general escrito en la persecución, cantando bajo las alas clandestinas de mi patria.
Hoy 5 de febrero, en este año de 1949, en Chile, en «Godomar de Chena», algunos meses antes de los cuarenta y cinco años de mi edad” – escribió