Por: Marcelo Mallea H.-
La Orden al Mérito de Chile, símbolo de la más alta distinción que nuestro país concede a ciudadanos notables, posee una rica historia que se inicia en el gobierno de Bernardo O’Higgins, aunque se formalizó en 1906.
Las primeras medallas fueron acuñadas en la Casa de Moneda en oro y plata, dividiéndose en categorías.
El 20 de junio de 1929, a través del Decreto 927, del Ministerio de Relaciones Exteriores, la entrega quedó reglamentada para restringir su concesión, como lo señala el artículo 1°: “La “Legión al Mérito de Chile”, creada el 1° de Junio de 1817, por el Director Supremo don Bernardo O’Higgins, con el objeto de premiar servicios civiles y militares prestados a la Nación, se denominará “Orden al Mérito” y estará compuesta de los grados siguientes: a) El Collar, b) Gran Cruz, c) Gran Oficial, d) Comendador, e) Oficial y f) Caballero”
El 10 de agosto de 1952, la Orden al Mérito, con grado de Caballero, fue entregada a la Madre Superiora del Hospital Parroquial de San Bernardo, Sor Ana Cunegunda Margutti.
El grado de “Caballero” se entrega a secretarios de Embajadas, agregados, tenientes, cancilleres y otros rangos equivalentes.
La solemne ceremonia contó con la asistencia de la señora Ana María de Berio, esposa del Embajador de Italia, Juan Lertora, Secretario del Rotary Club de San Bernardo, Luis Sepúlveda Salvatierra, Médico Jefe del Hospital, Gustavo Araos, presidente del Club de Leones, Rafael Benavente Sanhueza, Gobernador, entre otros.
Sor Ana Cunegunda Margutti nació en Italia, pueblo de Trezzo sull’Adda Milano. Llegó a Chile el 24 de diciembre de 1926 y se inició como profesora en la Escuela Lourdes de Santiago.
El 7 de agosto de 1932 ingresó al Hospital Parroquial, ganando el cariño de la gente por su esmerado trabajo en favor de los más necesitados y enfermos de la ciudad.
La condecoración se compone de; una cinta tricolor de 4 centímetros de ancho y 7 centímetros de largo, de ella pende una medalla de plata. El cóndor con las alas desplegadas es de 45 milímetros, el diámetro de la estrella de 40 milímetros y el medallón del centro de ella de 15 milímetros.
Sor Cunegunda, Superiora de la Congregación de Santa Ana por más de 32 años en el hospital, dejó este mundo el 22 de septiembre de 1967.
La comunidad se unió en un emotivo funeral para despedirla. Una misa solemne y un cortejo fúnebre hasta el cementerio parroquial marcaron el último adiós de la ciudad.
El doctor Luis Sepúlveda le dedicó sentidas palabras y el alcalde Guillermo de la Cuadra prometió, a nombre de la municipalidad, recordarla siempre, por la “dedicación que tuvo para con los humildes y enfermos en general”
En la fotografía, tomada por el señor Guzmán Herrera, vemos a Sor Cunegunda, acompañada de la esposa del embajador de Italia; Ana María de Berio y el doctor Luis Sepúlveda Salvatierra.