La historia oral de la localidad de Lo Herrera, narra las hazañas de Manuel Rodríguez arrancando de los españoles, montado en su caballo y desapareciendo de la vista de los soldados al interior de un túnel secreto por los caminos de El Barrancón y la parroquia más antigua del sector.
Algunos vecinos cuentan que el revolucionario buscaba a los campesinos que trabajaban en los fundos para que adhirieran a la causa y pelearan a su lado, sin embargo los patrones escondían a sus trabajadores en uno de los cerros del pueblo ya que necesitaban esta mano de obra para trabajar la tierra.
También, es posible que durante la derrota de Rancagua, esto es al término de la Patria Vieja (1814), don Bernardo O’Higgins, bajo el mando de José Miguel Carrera, haya utilizado la estrategia de los túneles.
Los hermanos Carrera eran partidarios de defender la ofensiva desde Angostura de Paine y O’Higgins planteó la teoría de avanzar por el Río Cachapoal hacia el sur de Rancagua. Y así fue.
El Capitán Ramón Freire fue el encargado de hostigar a los españoles y José Miguel ordenó despoblar toda la ciudad hacia el sur, sucediéndose muchas escaramuzas entre ambos bandos.
La lucha fue encarnizada. Fueron dos días de sangrientos enfrentamientos; O’Higgins fue derrotado y la ciudad quedó prácticamente destruida. Los hermosos solares de la aristocracia también sufrieron las consecuencias de esta terrible derrota.
Los ranchos del campesinado fueron ocupados por españoles. Muchos debieron huir despavoridos ya que Osorio ordenó saquear a la fuerza las casas más ricas de la ciudad o a requisar bienes de quienes no simpatizaban con la Corona, buscando riquezas.
Numerosas carretas llegaron a Mendoza, otras nunca partieron y es posible que estos escondrijos subterráneos albergaran vasijas con plata y oro.
Y, al otro extremo del mundo, en México, a manera de leyendas urbanas, persisten las narraciones de túneles secretos y pasadizos, que en su tiempo albergaron conspiraciones políticas.
Relatos similares se encuentran por todo el mundo. En Buenos Aires, túneles coloniales trazan gran parte de la zona sur y centro, con un peligroso y húmedo relieve de fines del 1600.
En nuestra ciudad, apenas hemos rasguñado la intrincada piel que subsiste en las cámaras, engrosando la lista de preguntas, lamentablemente sin respuestas.
Se cuenta que en el camino a Catemito, ruta que va hacia los Bajos de San Agustín y Calera de Tango, un hombre rico que vivió en la época colonial dejó un valioso tesoro, producto de sus depredaciones, oculto en una vieja entrada en uno de los cerros.
En 1865, los Jesuitas adquirieron las tierras de Calera, que hoy conocemos como Calera de Tango, con el propósito de levantar actividades agrícolas y ganaderas, además de explotar las minas de cal.
Durante este periodo, se cuenta que los religiosos construyeron innumerables túneles y que hasta el día de hoy es posible encontrarlos.
La leyenda continuará viva en Lo Herrera, sólo queda esperar para desenmarañar la verdad histórica que podría cambiar para siempre, la manera de ver la superficie por la cual nos movemos día a día.
Capilla en El Barrancón, donde cuentan que Manuel Rodríguez se escondía
Posible entrada a túnel en casa de San Bernardo, sector estación de ferrocarriles
Viejos túneles descubiertos en otros países